Charles Weidman (1901 – 1975)

Nació en Lincoln, Nebraska y ha sido uno de los grandes bailarines de la danza moderna y también fue pionero en el desarrollo de este arte. En el año 1927 junto a Doris Humphrey se fueron de Denishawn donde abrieron una compañía que exploró una nueva estética en la danza, nuevos principios de técnica que incluyen la gravedad, la caída y la recuperación, el movimiento sostenido, suspendido y vibratorio. Incorporando estas técnicas innovadores, los dos artistas coreografiaron obras como Lysistrata, School for Husbands and Alcina Suite.

 

Erick Hawkins (1909 – 1994)

Bailarín y coreógrafo nacido en Trinidad, Colorado. Empezó sus estudios en la danza clásica pero pronto se interesó por la danza moderna. Fue bailarín del American Ballet y del Ballet Caravan donde realizó su primera coreografía “Show Piece”. Una peculiaridad de este artista fue que en alguna de sus obras no ponía música o si la ponía lo hacía terminado el show. El presidente de los Estados Unidos le gratificó con la Medalla Nacional de las Artes, un mes antes de morir.

 

José Limón (1908 – 1972)

Este bailarín es un referente en la danza contemporánea. Sus comienzos en la danza fueron tardíos, a los 20 años, pero tras un duro esfuerzo consiguió llegar a lo más alto. También trabajó como coreógrafo y creó la Limón Dance company que hoy en día sigue en activo y donde se sigue enseñando lo que Limón mostraba encima del escenario.

 

Ted Shawn (1891 – 1972)

Otro de los nombres emblemáticos de la danza contemporánea. Nació en Kansas City y se adentró en la danza moderna a causa de la recuperación por una enfermedad. A partir de ahí, Shawn empezó a estudiar este arte y se encontró con Ruth Saint-Denis, con quien formaron pareja artística y matrimonio. Más adelante crearon la escuela Denishawn donde pasaron muchos de los bailarines que más tarde serían grandes artistas reconocidos.

 

Paul Taylor (1930 – 1984)

Nació en Pennsylvania y se formó como bailarín. En 1955 se incorporó en la compañía de la célebre Martha Graham durante 11 años como primer bailarín. Aquí fue donde creó su propia academia y ejercer como coreógrafo con enseñanzas atrevidas y renovadoras.